Mi playa, ese es el lugar más bonito en el que he
estado.
Te preguntarás porque la llamo
mi playa, pero es que este lugar solo existe en mi imaginación. Allí voy cuando
quiero descansar.
En este lugar todo es precioso y calmado, nunca hay
ruido ni coches, al mariscal sulfuroso
nunca le gustó esto, a él le gusta el ruido y siempre me despierta cuando
me quedo dormida.
El olor de mi playa es tan especial que no se
describirlo, es una mezcla entre flores, sal y arena que resulta de lo más
relajante. Lo único que no me gusta son las algas que tiene el mar y que me
molestan cuando me baño. Pero el sonido
del mar cuando rompen las enormes olas es tan peculiar que parece el rugir de
un fiero león y acaba con todas las desagradables algas que puedan distraerme.
Lo que más me gusta hacer cuando voy a este precioso
lugar es tumbarme bajo el sol e imaginarme con mi familia y mis seres queridos. Sin ellos no puedo viajar a mi preciosa playa.
Mi profesor ideal
Mi profesor ideal es una mezcla entre varios de los
profesores que he tenido a lo largo de mi vida, obviamente excluyendo a los
malos.
Este profesor es trabajador, sabe explicar y se
preocupa por como se sienten y como se encuentran sus alumnos. Va siempre
aseado a clase y nunca llega tarde. Sabe inglés y no se inventa palabras, si no
se sabe alguna palabra la busca en el diccionario pero nunca engaña a sus
alumnos.
Es exigente porque sé que así es como los alumnos
van a aprender. Sabe muchas cosas interesantes y además sabe explicarlas.
No estoy segura de si algún día llegaré a conocer a
ese profesor del que os hablo o si me convertiré en él, solo espero que con experiencia
y trabajo algún día pueda llegar a parecerme a él.
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